martes, 3 de febrero de 2015

“El Elefantico Perdido”: Un Cuento Para Los Pequeñines De La Casa



Si buscas un cuento en español para leerle a tus hijos, te invito a conocer el cuento de "El Elefantico Perdido", una historia que enseña el valor de la obediencia. 

El Elefantico Perdido es un cuento infantil que busca transmitir la virtud de la obediencia, entendida como un principio de buena conducta y un hábito moral. La obediencia es un elemento fundamental en el desarrollo psicosocial del niño que necesita integrarse en una sociedad que posee normas y para vivir en ella debe cumplirlas. 

La obediencia es una virtud que no está de moda hoy en día. Equivocadamente se presume que ser obediente supone una falta de libertad y la realidad es que ambos valores se interrelacionan. Por ende, la premisa del cuento se resume en la frase del filósofo Jean Paul Sartre: “Mi libertad se termina donde empieza la de los demás”. Con este cuento se le transmite al niño la importancia de estos dos conceptos: “obediencia y libertad”. 

La autora del cuento es la periodista venezolana-americana María Eugenia Fanti. Este es su primer libro de cuentos para niños. Su inspiración principal para escribir este relato fueron sus hijos y también dos autores que desde su niñez le generaron un profundo amor por la Literatura, ellos son: el nicaragüense Rubén Darío y el venezolano Aquiles Nazoa. “Como escritora y madre deseo con este cuento ofrecer a los padres una herramienta para la noble tarea de educar a nuestros hijos en valores humanos”, comenta la autora. 

El ilustrador del cuento es Hermann Medina. Nació en Caracas, Venezuela, cursó estudios de Ingeniería Electrónica en Francia. Trabajó en la Compañía Metro de Caracas. Hoy vive en Houston, Texas y se dedica a una de sus pasiones: el arte. El Elefantico Perdido es su primer trabajo como ilustrador de cuentos infantiles. Se unió a este proyecto porque cree fielmente en la importancia de enseñar valores humanos a los ninõs, para construir un mundo mejor.

 Para comprarlo online o impreso puedes acceder a este enlace: El Elefantico Perdido


El Elefantico Perdido
El Elefantico ...
By Maria Eugenia Fanti
Photo book

martes, 27 de enero de 2015

jueves, 13 de diciembre de 2012

Esperando la Navidad


La navidad es en sí misma un mensaje. Es eso que quizás pasamos todo el año esperando y a veces cuando llega aún no estamos listos para recibirlo. Y no estamos listos porque mantenemos nuestros corazones cerrados al amor, a la compasión y a la misericordia para con los demás. La navidad es el mensaje de salvación, es Jesucristo que renace en nuestra vida, pero ¿cómo podemos hacer para que Cristo reviva en nosotros? Parece mentira, pero sólo el dolor, muchas veces, es lo único que nos hace reaccionar. No es hasta que una persona deja de comer, hasta que, por ejemplo, pierde su empleo que aprecia realmente lo que es tener uno. Y así podemos continuar con una larga lista, cuando nos enfermamos y padecemos es que entonces de verdad tomamos conciencia de lo que sufrió aquella persona que alguna vez estuvo sola y enferma y yo nunca ayudé o ni siquiera llamé. Es allí desde lo profundo de nuestras miserias que viene la verdadera conversión. No esperemos que pasen esta, ni otras navidades, vamos a convertir nuestra vida y nuestro Corazòn ahora, no esperemos estar en el precipicio para rectificar y mucho menos cuando sabemos que tuvimos una autopista por delante para hacerlo y; en cambio, preferimos no ver hacia adentro, sino seguir como dice el apreciado sacerdote Ignacio Larrañaga: “como un carro que anda con los frenos puestos”. Dejando un rastro de oscuridad a nuestro alrededor. El famoso escritor de origen búlgaro y premio novel de literatura (1981), Elías Canetti, una vez dijo: “escucha el latido del Corazòn de los otros, están tan lejos”. No he encontrado una frase que describa mejor la vida de cada uno de nosotros, la vida del hombre contemporáneo. Las tecnologías parecen acercarnos, pero la realidad es que nuestros corazones se alejan, la inmediatez, la carrera contra el tiempo, muchas veces nos vuelve autómatas, al punto que atropellamos a los demás y ni siquiera nos damos cuenta. Vivimos tan preocupados en nuestras vidas, quehaceres, que nos olvidamos de los demás y al final solo vivimos de forma egocéntrica. Los invito esta navidad, a quitarle el freno al carro. A caminar un poquito más despacio, a vivir un día pensando en cómo puedo hacer más feliz a otro. A veces creemos que hacen falta actos histriónicos y con una simple sonrisa, una llamada, un gracias, hacemos una gran diferencia en la vida de los demás. Jesús una vez le habló a Sor Faustina, quien lo cita en su Diario de la Divina Misericordia, de ejercitar los tres grados de la misericordia: primero hacer una obra, un acto de misericordia de cualquier tipo que sea. Lo segundo, sino se puede hacer un acto misericordioso, entonces vamos a ayudar con las palabras, cuanto puede cambiar la vida de una persona un buen consejo, una palabra de aliento; en tercer lugar, está la oración, sino puedo mostrar misericordia por medio de obras o palabras, siempre puedo mostrarla por medio de la oración. Recuerden que: “la oración llega hasta donde físicamente no puedo llegar” (Diario 163). Además, esto me recuerda a un muy querido amigo que una vez me dijo: “la oración es la fortaleza del hombre y la debilidad de Dios”. Esta navidad, no perdamos la oportunidad de rezar en familia, de ayudar a otros, todo esto en el fondo es un plan de Dios tan perfecto, que realmente al hacer eso, nos estamos ayudando es a nosotros mismos, porque cuando vemos hacia fuera, se disipan nuestras miserias y con éxito damos lo mejor de nosotros mismos, porque no existe nada como el amor de Dios, ante la adversidad y la desesperación, el amor de Dios siempre, siempre, es más fuerte. Que Dios los bendiga a todos esta navidad. Feliz Navidad y próspero 2013. Marìa Eugenia Fanti

sábado, 7 de julio de 2012

Somos una generación de esperanza

Diariamente vemos las noticias y nos parece que el mundo está cada vez peor, que no tiene salida, que el mal reina en la tierra. Pero, la realidad es que estamos viviendo un momento mundial excepcional para esta generación. Hace 31 años, la Virgen María como Reina de la Paz bajó del cielo para darnos mensajes y hablar directamente con nosotros a través de los videntes de Medjugorje, un pueblo ubicado en Bosnia-Herzegovina. El 24 de junio de 1981, en la fiesta de San Juan Bautista, la Virgen se le apareció por primera vez a dos jovencitas, Ivanka Ivankovic de 15 años y a Mirjana Dragicevic con 16 años, las cuales al ver a la Virgen salieron corriendo del susto. Luego, ese mismo día, unas horas más tarde volvieron al lugar de la aparición con otros cuatro amigos adolescentes y cual fue su sorpresa, la Virgen estaba otra vez allí frente a ellos. Este fue el inicio de un cambio significativo en la vida de estos jóvenes y ha sido, el inicio de un cambio sin precedentes en la sociedad actual. Cada día se suman más y más peregrinos en Medjugorje y cada día son más las conversiones, los milagros, los testimonios son impresionantes. Les puedo decir que yo misma desde que sé de Medjugorje y empecé a leer y tratar de vivir lo que dicen los mensajes de la Virgen, he sentido un cambio espiritual como nunca antes en mi vida, algo de lo cual le estaré eternamente agradecida a la Virgen. Mi esposo me decía en estos días: “la Virgen se apareció desde 1981 en Medjugorje, prácticamente naciste con las apariciones”. Yo no lo había visto así, pero es verdad, nací en 1980 y como yo, una generación completa, numerosas personas nacimos con estas apariciones y no sólo eso, hemos tenido la dicha y el don de vivirlas y crecer con ellas, porque el pasado 25 de junio se conmemoraron 31 años de las apariciones ininterrumpidas de la Virgen en Medjugorje. Por su aniversario la Virgen transmitió el siguiente mensaje: “Queridos hijos, con gran esperanza en el corazón, también hoy los invito a la oración. Cuando oran hijitos, ustedes están conmigo y buscan la voluntad de mi hijo y la viven. Estén abiertos y vivan la oración, y que en cada momento ella sea para ustedes condimento y alegría de su alma. Yo estoy con ustedes e intercedo por todos ustedes ante mi hijo Jesús ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!” Les menciono Medjugorje, pero también hay muchas otras apariciones que se han producido durante este tiempo, la aparición de la Virgen en Betania, Venezuela, y en muchos otros lugares del mundo. Sin duda, algo nos quieren decir desde el cielo, a diario la Virgen nos envía un llamado a la conversión, a dejar tanta superficialidad y materialismo, para empezar a ir de nuevo a la iglesia, para comenzar a rezar, a buscar a Dios, porque al fin y al cabo, tarde o temprano todos nos vamos a morir y ninguno nos vamos a llevar con nosotros ni la cartera Louis Vuitton, ni el reloj Cartier, ni el carro ultimo modelo que nos queremos comprar, ni la camisa de la selección de España. Tomemos un minuto de nuestro tiempo para reflexionar esto, de las 24 horas del día ¿Cuánto le dedicas a Dios? Y si tienes hijos ¿Cuánto y qué le estas enseñando a tus hijos sobre Dios? El Beato Juan Pablo II, a quien todos los de esta generación también tuvimos la oportunidad de ver, de escuchar y hasta de recibir su bendición, decía: “No tengan miedo de ser los santos y apóstoles del Tercer Milenio”. Y es que tenemos una gran responsabilidad sobre nuestros hombros, porque somos una generación que ha tenido la gracia de vivir eventos inigualables, no tenemos excusas, debemos impulsar el cambio hacia un mundo mejor, todos tenemos esa responsabilidad en nuestras manos, no es sólo de los videntes de Medjugorje o de los sacerdotes o de los santos, es responsabilidad de todos lograr con nuestros actos ser verdaderos cristianos. Nadie nace Santo, pero sí se puede hacer Santo, para eso debemos buscar a Dios, adorarlo, amarlo, llamarlo, no perderlo y si lo perdemos, reencontrarlo, aún tenemos esa oportunidad en nuestras manos, en cada minuto, en cada segundo que pasa, perdemos el tiempo de cambiar nuestras vidas, es ahora que debemos convertirnos en esa generación de Esperanza, por nuestros hijos, por nuestros futuros nietos, sino les enseñamos ahora, hoy, a nuestros hijos valores cristianos, ¿Qué será de ellos? ¿Si tú, mamá, si tú, papá, no les enseñas a tus hijos a amar a Dios y a tu prójimo como a ti mismo, quién se lo va a enseñar? Es tu responsabilidad y te aseguro sin miedo a equivocarme que es una de las más grandes obras que le harías no sólo a tu hijo, sino a la humanidad. Citaré nuevamente al Beato Juan Pablo II: “La persona humana es siempre protagonista en el drama de la humanidad, en el cual se escribe la verdadera historia, la historia del amor o la historia de su negación.” ¿Qué esperas para ir a visitar a Dios? Él te está esperando a ti y a tu familia, nos espera a cada uno de nosotros hoy y siempre, porque nos ama profundamente y nada ni nadie supera ese amor. “Y yo os digo: Pedid y se os dará; buscad, y hallareis; llamad y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá…” S. Lucas 10, 11.

jueves, 7 de agosto de 2008

IMAGINEMOS LA LIBERTAD

Cuando me tomo un tiempo para leer la prensa de Venezuela, en especial los periódicos El Nacional y El Universal, me doy cuenta del abismo cada vez más profundo en el que se encuentra Venezuela.

Hoy (jueves 7/08/08) la Corte Interamericana de Derechos Humanos tendrá su audiencia final sobre el caso de los periodistas de Radio Caracas Televisión (RCTV) que han sufrido agresiones. La defensa del gobierno está a cargo del jurista Germán Saltrón y del ex-fiscal Isaías Rodríguez, quienes alegan que las agresiones no fueron ejecutadas por entes del Estado, sino por personas ajenas que participaban en manifestaciones callejeras. Digamos que estamos de acuerdo con esta defensa, al menos suena sensata, pero preguntémonos dónde está el Estado que no evita la violencia que se desborda por las calles de Venezuela? Será que por lo menos se les puede juzgar por eso; sí, por no cumplir con su deber, por no resguardar a sus ciudadanos, por no ofrecerle a los periodistas un espacio en el que puedan ejercer su profesión sin recibir maltratos. Lo olvidaba, en Venezuela se vive en democracia participativa, lo cual implica que todos tienen derecho a participar en fechorías, en asaltos, maltratos, insultos y agresiones. La base de este derecho se sustenta en la impuidad, porque no hay castigo por ningun crimen, ni delito. Quién dice que no hay libertad, todos tienen la oportunidad de hacer cualquier maldad, el gobierno, si bien no los respalda como sus respresentantes alegan, tampoco los va a castigar, ni a los delicuentes de cuello blanco, ni mucho menos a los malandros del barrio. Imagínense, eso sí que es libertad!

El informe anual 2008 de Reporteros sin Fronteras, cuando se refiere a Venezuela plantea dos hechos significativos, uno fue el cierre de RCTV, sobre el cual nos refiere: “Lejos de tratarse de una simple venganza, el caso de RCTV puso sobre todo de manifiesto el acaparamiento del espacio mediático, por parte de Hugo Chávez”. El otro gran acontecimiento fue el referendo del 2 de diciembre de 2007, sobre esto el informe de Reporteros sin Fronteras señala: “…muchas agresiones de periodistas salpicaron las manifestaciones, sobre todo las de estudiantes que acompañaron la campaña. Esa violencia, lo mismo que la cobertura del debate, puso en evidencia el enfermizo estado de polarización de una sociedad, en la que los medios de comunicación de los sectores público y privado se han convertido en símbolos de campos politicos irreconciliables”.

No es complicado imaginar porque en Venezuela, la situación de la libertad de prensa, de la información, la seguridad de periodistas y ciudadanos en general, lejos de mejorar empeora. El periodista venezolano, no solo se debe preocupar, de su fuente de información y de cubrir la noticia, sino de llevar un chaleco antibalas, una máscara antigas y tragarse los nervios y la angustia de que quizás el que podría terminar siendo noticia es él. Esto por la módica suma de un sueldo mínimo o de un sueldo que no le da ni para comprarse un carro. Entonces me pregunto, cómo pregonan los dueños de los medios de comunicación que ellos defienden a sus periodistas contra la adeversidad, si son los primeros en pagarles una miseria. No cabe duda, quien decide ser periodista sabe que está expuesto a una profesión de alto riesgo, pero que injusticia! Decidió ser periodista, no ser pobre.

Ahora se preguntarán que tiene que ver el sueldo de un periodista con la libertad de expresión en un país en crisis y, les puedo decir que mucho. En Venezuela se está produciendo el fenómeno de que los medios de comunicación del gobierno ofrecen un sueldo, quizás no de millonario, pero si más decente y muchos periodistas prefieren trabajar con el gobierno que en los medios de comunicación privados; ahora hay un éxodo de periodistas, de hecho, un gran porcentaje de empleados de prensa de RCTV, se fueron a trabajar en Telesur, que es un canal del gobierno.

Por supuesto, todos los periodistas de los medios privados que han emigrado a los medios gubernamentales, ahora tienen la tarea de alabar al gobierno de Chávez y es que no les queda otra, si tratan de ser objetivos o imparciales, de seguro los despiden! Y por otro lado, los que se quedan en los medios privados, ni modo, saben que no van a pasar de ser redactores con sueldo mínimo, a pesar de su talento y empeño, la realidad es que no tendrán muchas oportunidades económicas de vivir mejor.

Que ironía, el gobierno pregona el Socialismo-Comunismo y le paga mucho más a los periodistas que lo que les ofrecen los medios privados, que supuestamente son los capitalistas. Muchos dirán que bueno al gobierno de Chávez le sobra dinero para gastar y botar por los altos precios del petróleo, pero la triste realidad es que los periodistas siempre han estado mal pagados en Venezuela con todos los gobiernos anteriores.


Imaginémonos por un momento que en Venezuela la situación es diferente, imaginemos que hay libertad. Un periodista que trabaja para un canal de televisión tiene un buen sueldo como para comprarse un carro, ahorrar para una vivienda. No teme salir a la calle porque nadie lo maltratará. Sabe que como periodista su única preocupación es estar más informado que el resto de la humanidad y entregarse a su labor social, a informar, a apartar sus ideales políticos y no dejarse manipular por nadie. Imaginemos que además de trabajar para un medio, puede ser independiente y ejercer su profesión por cuenta propia, puede no seguir una línea editorial, ni ser censurado, porque se dedica diariamente a leer, a ser más culto, analítico, trabaja solo para alcanzar la excelencia y nada ni nadie lo detendrá en su lucha por la verdadera libertad, esa, la que no tiene precio, la que no se compra ni se vende, esa libertad, de la que ya en Venezuela queda muy poquita.

María Eugenia Fanti